THISTLEGORM, HISTORIA VIVA EN EL MAR ROJO.

Seguramente es el pecio más famoso del mundo y por consecuencia uno de los más visitados por buceadores de todo el mundo. El pecio hundido en 1.941 por la aviación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, hoy en día es un museo submarino, donde poder bucear en el interior de sus bodegas y sentirte transportado a esta época de la historia moderna.

Son muchas las historias que se han contado sobre el Thistlegorm, a menudo desvirtuadas por diversos intereses. Seguramente la información más veraz y mejor recopilada la hizo en 2006 el periodista y escritor James Tunney en su famoso artículo «The truth behind the icon» – La verdad detrás del icono – que se publicó en la prestigiosa revista DIVER, actualmente divernet. Durante meses recogió testimonios, entrevistó a familiares de supervivientes e investigó en archivos de la Royal Navy, navieras y documentación de la época. Muchos de los hechos que se relatan a continuación están basados en dicho artículo.

La construcción del SS. Thistlegorm.

El Thistlegorm fue construido en 1940 en Reino Unido por Joseph L Thompson & Sons. Su construcción fue encarga por la naviera Albyn Line, que desde 1901 hasta 1960 ordenaron construir una flota de 18 barcos de transporte y todos llevaban el nombre «THISTLE» que en español significa «CARDO», en honor a la flor nacional de Escocia. Estos son algunos de los barcos de esa flota, Thistelbrae (1928), Thistlegorm (1940), Thistledale (1941), Thistlemuir (1941), Thistledowne (1952) y Thistelroy (1960).

thistlegorm, astillero

Astilleros Joseph L Thompson & Sons ( 1946 ). Foto by wikipedia

Botadura del Thistlegorm 1940. Foto by wikipedia

Con un coste total de £115,000 libras esterlinas de la época, el Thistlegorm era un buque de carga moderno, totalmente de acero y con unas prestaciones muy avanzadas en su tiempo. Con una eslora de 128 m y un peso total de 4.900 toneladas, estaba propulsado por un motor de tres cilindros con triple expansión que generaban 1.850 caballos de potencia, lo que le permitía alcanzar con solvencia los 10 nudos de velocidad.

El barco fue botado por la Sra. KW Black el 9 de abril de 1940 en plena Segunda Guerra Mundial y de inmediato empezó a surcar los mares, realizando solo 3 viajes antes de su hundimiento en 1.941 en lo que hubiera sido su cuarto viaje. Dada la necesidad de Inglaterra en esa época de abastecerse de todos los productos básicos, el primer viaje del buque fue a Estados Unidos, donde recogió un cargamento de raíles de acero y piezas de aviación. El segundo viaje fue hasta Argentina, donde llenó sus bodegas de grano de maíz. En el tercer viaje, transporto un cargamento de madera y ron desde las Indias occidentales hasta Glasgow. Aquí el Thistlegorm se preparó para lo que sería su último viaje.

El último viaje, desde Glasgow hasta el Mar Rojo.

En febrero de 1941 el gobierno británico presionado por la gran amenaza que significaba Alemania, aprobó la llamada «LEY PATRIÓTICA». Una discutida y extensa ley pensada para la prevención de una invasión Alemana y en último caso para la supervivencia del Reino Unido sí la invasión se llevara a cabo, por lo que el gobierno aprobó entre muchas otras medidas, la expropiación de cualquier bien que pudiera servir a la causa. El Thistlegorm fue uno de los miles de barcos que pasaron a formar parte de la Royal Navy. Durante 2 semanas el buque estuvo en los astilleros de Glasgow donde se le hicieron varias modificaciones y se preparó para entrar en zonas de guerra. El buque fue entonces clasificado como «Carguero de Guerra Armado» según el registro de almirantazgo AFO 1524/41, estaba armado con un cañón antiaéreo ligero de 3 pulgadas y un cañón de 4 pulgadas (de la Primera Guerra Mundial) atornillado a la popa del barco.

Según el mismo registro, el cañón de popa solo fue disparado una vez y a menudo la tripulación del Thistlegorm bromeaban sobre la eficacia del mismo, afirmando que en caso de tener que utilizarlo estaría más seguros en frente del cañón que en el puesto de disparo.

El último viaje comenzó en junio de 1941 en Glasgow, cargado con equipamiento bélico, muy necesario para los soldados británicos del Norte de África. Según el manifiesto oficial transportaba piezas de motor, pero en realidad llevaba a bordo un gran cargamento de guerra, desde rifles, uniformes y botas, hasta camiones, generadores, piezas de avión, más de 100 motocicletas y locomotoras. Al mando del barco estaba el Capitán William Ellis que dirigía a una tripulación de 42 hombres, 9 miembros de la Royal Navy y 33 marineros mercantes. El buque era parte de un convoy que tenía como objetivo abastecer al Ejército Británico con base en Alejandría, encargado de la protección del canal de Suez, un objetivo muy codiciado por Alemania.

El mar Mediterráneo estaba controlado por Italia y Alemania prácticamente en su totalidad, lo que obligo al Thistlegorm a realizar un largo viaje rodeando África y acceder al Mar Rojo por el Golfo de Adén, unas 12.000 millas. En Ciudad del Cabo, el barco se detuvo brevemente para el abastecimiento de combustible y víveres. Aquí se unió al Thistlegorm el HMS Carlisle que a posteriori jugaría un papel fundamental en el rescate de muchos miembros de la tripulación. Sin ningún incidente reseñable, el barco llega a las inmediaciones de la Península del Sinaí a finales de septiembre de 1941.

Estamos en un momento crucial de la II Guerra Mundial con la gran ofensiva alemana de 1940 donde en abril invade Noruega y Dinamarca, en Mayo Bélgica, Holanda y Luxemburgo, en junio toma París y gran parte de Francia y en agosto de ese mismo año comienzan los bombardeos a Londres que se prolongarán durante más de dos años. En este momento, Hitler se cree intocable y fija sus próximos objetivos para el año 1941. Tiene dos objetivos prioritarios, Rusia e Inglaterra y así en junio de 1941 ordena la invasión de Rusia y en julio los bombardeos ya no se limitan solo a Londres,  se extienden a toda Inglaterra en especial a las zonas industriales.

 Es en este punto de la historia donde el Thistlegorm queda destinado, ya que Hitler también tiene dos objetivos secundarios, la invasión de Yugoslavia y Grecia que llevaría a cabo con éxito en abril de 1941, pero el que más nos interesa en este artículo es que Hitler ordenó al general Erwin Rommel en febrero de 1.941 la invasión de Libia con el objetivo final de capturar el canal de Suez y eliminar a todas las tropas Aliadas que había en la zona. 

Inteligencia Británica había descubierto las intenciones de los Nazis unos meses antes y en diciembre de 1940 se le ordenó al general británico Bernard Law “Monty” Montgomery la defensa de Egipto y el canal de Suez. Se iban a enfrentar dos de los grandes protagonistas de la II Guerra Mundial por el control del Norte de África, por un lado los “Afrika Korps” de Rommel y por otro “Las Rastas del Desierto” de Montgomery.

Según el historiador Peter Caddick-Adams, autor del libro “Monty y Rommel” fueron batallas muy tácticas donde la logística corrió un papel fundamental y esté fue el talón de Aquiles de Rommel, ya que puso a prueba su paciencia y en muchas ocasiones se enfrentó a Hitler por su decisión de priorizar el frente Ruso.

En julio de 1942 con un primer ataque  Rommel acorraló a todo el ejército Aliado llegando hasta la ciudad de El Alamein a escasos kilómetros del Canal, pero necesitaba más recursos para poder terminar su tarea. Dichos recursos nunca llegaron o fueron muy escasos.

Por su parte  Montgomery fue muy afortunado en este sentido, ya que Inglaterra en 1940 prácticamente había  suspendido los envíos de suministros al exterior para defender el país y posteriormente invadir Francia, pero había una excepción, el canal de Suez. Para  Churchill era su bien más preciado fuera de sus fronteras y así lo dijo en varias ocasiones “Si perdemos el canal de Suez, perdemos nuestra puerta al Mundo”. Se calcula que se enviaron más de 8.000 barcos con suministros para la defensa del Canal.

Y así esperando los recursos que nunca llegaban, Rommel se quedaba a las puertas de la victoria. Con la información que proporcionaba la población local y la inteligencia Británica,  Montgomery que tenía gran parte de sus recursos en el Canal ordenó en noviembre de 1942, cuatro meses después de la primera batalla,  atacar a los Afrika Korps de Rommel en lo que se conoce como la 2ª Gran Batalla de El Alamein y para muchos el comienzo de la derrota de Alemania en la II Guerra Mundial.

El ejército Nazi fue derrotado y huyo hacia libia y posteriormente ayudados por tropas Italianas muchos de ellos cruzaron al otro lado del Mediterráneo. No fue la única batalla que libraron Rommel y Montgomery, en junio de 1944, ambos volvieron a enfrentarse. Rommel era el general al mando del Muro Atlántico, la barrera de búnkeres en la costa de Francia para impedir una invasión Aliada. Montgomery, por su parte, estaba al mando de las tropas británicas que desembarcaron en las playas de Normandía el 6 de julio de 1944, el Día D.

Por todas estas razones, el canal de Suez era un objetivo habitual de la aviación Alemana y unos días antes de la llegada del Thistlegorm habían hundido un barco aliado en el Canal por lo que no estaba accesible. Es entonces cuando se le ordena al capitán Ellis ir a un amarre seguro denominado «Safe Anchorage F», situado a 8 millas de la costa y cerca del arrecife conocido como Sha’ab Ali. El Carlisle igualmente es ordenado ir a otro de los amarres seguros aproximadamente a 3 millas del Thistlegorm. El barco estuvo detenido dos semanas mientras se despejaban los restos del canal de Suez, lo que nadie a bordo se imaginaba es que nunca más volverían arrancar los motores.

El hundimiento del SS. Thistlegorm.

Inteligencia Alemana de la época, tenía en su poder informes que afirmaban que un gran trasporte de soldados se estaba realizando en el Norte de África, se especulaba que se llevaría a cabo en el famoso barco QUEEN MARY y que transportaba más de 1.200 soldados Australianos.

James Tunney cuenta en su artículo que este hecho nunca se ha probado, aunque reconoce que hay informes británicos en los que insinúan que el QUEEN MARY estaba en la zona realizando misiones secretas clasificadas.

Bombarderos «Heinkel He-111» de la Luftwaffe con base en la isla de Creta recibieron la orden de hundir el QUEEN MARY en octubre de 1941. Al amparo de la noche, escuadrones de 8 aviones despegaban casi a diario desde Creta para volar hasta Egipto y buscar en los alrededores del canal de Suez su objetivo. Una vez en la zona, los aviones se dividían por parejas para abarcar grandes cantidades de terreno. La noche del 6 de octubre, era una noche clara, con luna llena lo que facilitaba en gran medida la labor de los bombarderos. Una de las parejas de aviones buscaron por la zona asignada hasta casi rebasar el combustible necesario para regresar a su base, cuando por accidente divisaron «Safe Anchorage F», identificaron el objetivo más grande y el Thistlegorm estaba sentenciado, ya que no estaba equipado para repeler un ataque de uno de los mejores y más modernos aviones de la Luftwaffe.

Los testigos relatan que eran la 1.30 de la mañana del 6 de octubre de 1941, cuando a lo lejos vieron dos aviones ir directamente hacia ellos y al aproximarse uno de los bombarderos se lanzó en picado hacia el buque casi hasta tocarlo, momento que aprovecho para lanzar sus dos bombas de 2,5 toneladas cada una. Se produjo una gran explosión, en gran medida gracias a que la única bomba que impactó en el Thistlegorm lo hizo en la bodega número 4, lugar donde se encontraba a su vez el cargamento de bombas que transportaba el buque. Fue tan violento, que las dos locomotoras que estaban en cubierta hoy reposan a más de 30 m de distancia del pecio, el hundimiento fue muy rápido, en escasos minutos el Mar Rojo reclamaba al HMS Thistlegorm como propio. El avión alemán responsable del ataque no corrió mejor suerte, ya que fue derribado por barcos del convoy del Thistlegorm, los pilotos estarían en un campo de concentración hasta el final de la guerra.

Según cuenta Tunney, el resplandor de la explosión delató la posición del Rosalie Moller, que fue visto por el segundo bombardero. Al día siguiente volvió para hundirlo.

Cuatro marineros y cinco miembros de la Royal Navy murieron en la explosión. Seguramente se encontraban en la zona de los cañones muy cerca del impacto. Casi toda la tripulación fue rescatada por el Carlisle excepto un pequeño grupo que llegó hasta Sinai ayudado seguramente por las corrientes. Debido al súbito hundimiento, al capitan Ellis no le dio tiempo a recoger la bitácora y «Safe Anchorage F» que era una zona muy amplia por lo que el Thistlegorm quedó oficialmente desaparecido.

El descubrimiento del pecio más famoso del mundo.

Los pescadores locales beduinos han estado pescando en el Thistlegorm casi desde que el barco se hundió frente a la costa oeste de la península del Sinaí en el Estrecho de Gubal, pero su «descubrimiento» se atribuye al famoso explorador y oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau, quien documentó su visita al naufragio en la película «Los mundos del silencio» en 1955 y en la edición especial «Océanos» de National Geographic en 1956.

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Fragmento «Los mundos del silencio» 1955

Con el tiempo han surgido varias voces en contra de Cousteau acerca de sus actos en el pecio, recogió numerosos objetos y sobre todo el cargamento de morfina que transportaba que años más tarde se podía comprar en las calles de El Cairo. Pero quizás lo más controvertido fue que según cuentan los pescadores locales, el mástil del barco era visible desde la superficie y lo usaban para amarrarse mientras pescaban. Según cuenta Tunney en su artículo, Cousteau corto el mástil para que dejase de ser visible desde la superficie y de esta forma ocultar el paradero del pecio. En lo que todos concuerdan es que realmente Cousteau quiso ocultar (y lo consiguió) el paradero del naufragio, ya que facilitó las coordenadas del barco en varias ocasiones y todas ellas resultaron ser coordenadas falsas.

De esta forma, el Thistlegorm volvió a caer en el olvido, excepto para determinados pescadores locales que, para ellos, seguía siendo uno de los mejores caladeros de la zona. Hasta que a principios de la década de 1990 el Dr. Adel Taher fundador del Centro Médico Hiperbárico de Sharm con el apoyo de un famoso centro de buceo, encontraron los restos del naufragio gracias a las indicaciones de pescadores beduinos de la península del Sinai. Durante un corto periodo de tiempo el pecio se mantuvo en secreto, pero rápidamente se convirtió en lo que hoy conocemos como los restos del Thistlegorm.

BUCEAR EN EL THISTLEGORM

Desplázate para ver los puntos destacados

Puntos Destacados

En la actualidad el Thistlegorm es más que un pecio, es un auténtico museo submarino. En su interior guarda reliquias de la Segunda Guerra Mundial en forma de material bélico. Aficionados al buceo de todo el mundo viajan hasta el Mar Rojo para sumergirse y explorar este impresionante pecio, por lo que es muy normal que no estemos solos cuando visitamos los restos del Thistlegorm.

Aparte del pecio en sí, la vida desborda por cada rincón del Thistlegorm, habitando cientos de especies en el interior y alrededores del barco hundido. Es normal encontrar peces murciélagos, meros de coral, fusileros, antias, peces cocodrilo, nudibranquios, jackfishs, carangidos, peces escorpión, morenas, peces hachas, peces neones, pargos, tortugas, napoleones entre otras muchas especies y en ocasiones especiales los delfines se acercan hasta el Thistlegorm en busca de alimento.

Datos de inmersión

Certificado: Advanced
Profundidad min: 17m
Profundidad max: 30m
Corrientes: de moderadas a fuertes

Datos de técnicos

Posición: Sha’ab Ali 
Google Maps
Hundimiento: 1.941
Eslora: 127 m
Manga: 14 m

Por supuesto, para bucear en el pecio tenemos que tener muy en cuenta la corriente y el número de barcos que estamos en el momento de realizar nuestra inmersión. Existen muchas formas de bucear completamente el barco dependiendo de las condiciones que encontremos en cada momento, aquí tenemos que confiar en la experiencia de nuestros guías para que se escoja la mejor opción en cada momento.

Lo primero que tenemos que ser conscientes es que por norma general vamos a realizar más de una inmersión en el pecio, por lo tanto, recomendamos que se haga una primera inmersión por el exterior del barco y una segunda por el interior. Con 127 m de eslora y más de 17 m de alto, vamos a necesitar dos inmersiones como mínimo si queremos explorar el pecio al completo.

BUCEO POR EL EXTERIOR…

Debido a las dimensiones del pecio, lo primero que debemos determinar es en que parte del barco estamos amarrados, ya que por norma general usaremos nuestro propio cabo para llegar al pecio.  En la actualidad el Thistlegorm está separado en tres zonas muy claras, la zona de popa, la zona de la explosión y la zona proa.

La corriente puede condicionar la exploración del pecio por el exterior. Debemos saber con antelación la dirección e intensidad de la corriente en caso de que haya, para poder planificar correctamente esta inmersión.

Lo primero que haremos es ir a la zona más profunda para ir ascendiendo progresivamente a lo largo de inmersión, por lo que nos dirigiremos a la zona de popa del barco que está escorada hacia babor. Por la parte exterior nos encontramos con la descomunal hélice de cuatro aspas, semi-enterrada en la arena y el gran timón, después nos separaremos un poco del barco y giraremos  al otro lado, para encontrar una de las estampas más famosas del Thistlegorm, la ametralladora y el cañón antiaéreo.

Hélice del Thistlegorm. Foto by Luís García-Velarde

Popa del Thistlegorm. Foto by Charlie

Seguimos avanzando ya que estamos a una profundidad aproximada de -22 m y hemos rozado ya casi los -30 m, por lo que no podemos permanecer mucho más tiempo a esta profundidad, pero antes iremos a la zona de la explosión.

A primera vista, esta zona parece un amasijo de hierros sin mucho interés, pero si nos fijamos empezaremos a ver dispersas por muchos lados bombas y munición de artillería, con inscripciones de fabricación del 1929 y 1940. También podremos ver los tanques «Bren Gun Carrier» reconocibles por las ruedas de oruga, uno de ellos está de canto y otro del revés, con las ruedas mirando al cielo. El gran eje que unía el motor con la hélice destaca en toda esta zona, ya que se encuentra partido por la gran explosión y es visible en los dos lados del barco. Casi al finalizar esta zona y adentrarnos unos 20 m en la arena para ir en busca de una de las locomotoras, podemos ver cientos de cajas con munición de artillería en su interior.

Tanque Bren Gun Carrier. Foto RDS

Inscripción en la Munición. Foto: Rolando Junior

En la parte de babor, seguimos el rastro de cajas en la arena a una profundidad aproximada de -26 m y en días de buena visibilidad ya empezaremos a vislumbrar otro de los grandes atractivos del Thistlegorm, una de las dos locomotoras «Stanier 8F» que el barco transportaba y que en la violenta explosión salieron catapultadas aproximadamente unos 30 m de distancia. Si nos fijamos, la locomotora tiene gran parte del chasis, los dos paragolpes así como las ruedas delanteras y un juego de tracción. Gran parte de la caldera,  la cabina y el resto de ruedas fueron destruidas o desplazas durante la explosión.

Es una zona donde se suele encontrar mucha vida. El interior de la caldera está habitada por peces leones, catalufas, peces loro y morenas gigantes, pero es en el los alrededores de los restos donde podemos disfrutar de bancos de carángidos, jackfish, peces murciélagos y con suerte napoleones.

Locomotora de Babor. Foto Luis García-Velarde

Una vez terminemos con la locomotora es el momento de empezar ascender progresivamente hasta la cubierta del barco, que accederemos por norma general por el pasillo de babor, donde podemos encontrar otro de los grandes atractivos, los peces cocodrilo que suelen estar dispersos por la cubierta exterior. Según vayamos avanzando por el pasillo veremos el primero de los cuatro vagones cisterna que transportaba el Thistlegorm. El desgaste del tiempo en el acero y la presión del agua han comprimido la cisterna y actualmente están ligeramente arrugados, pero todavía son fácilmente reconocibles.

Pronto divisamos una de las grandes compuertas de carga que dan acceso a las bodegas justo en el centro del barco, pero llevaremos unos 30 minutos de inmersión, por lo que seguiremos explorando el exterior y dejaremos el interior para posteriores inmersiones. Nos dirigiremos hacia proa, donde veremos la entrada a la bodega de carga número uno, una estructura que soportaba dos grúas y uno de los dos mástiles que tenía el barco. Ahora se puede ver cruzando desde estribor a babor cerca la entrada de carga.

Thistlegorm

Vagón de cubierta. Foto by Fernando Martínez

Thistlegorm, cocodrilo

Pez Cocodrilo en cubierta. Foto by Charlie

De frente nos encontramos con el castillete de proa, si seguimos ascendiendo podremos ver la carraca  del ancla, las cadenas y los bolardos de amarre. Es una zona normalmente con mucha vida y color, gracias a los corales blandos y los corales árboles que colonizan la proa y el mecanismo del ancla. Las antias, catalufas, damiselas y bancos de fusileros habitan en esta zona del barco.  Si atravesamos esta exuberante vista llegamos a la proa del Thistlegorm y sí nos separamos ligeramente podremos ver una de las imágenes más impactantes, la imponente proa y la cadena del ancla cayendo a más de -30 m de profundidad, es una estampa que hace reconocer las dimensiones del barco perfectamente.

Es momento de buscar nuestro cabo y realizar el ascenso hasta los -5 m para hacer la parada de seguridad mientras disfrutamos de las vistas del pecio que en muchas ocasiones se ve desde esta profundidad.

BUCEO POR EL INTERIOR…

Bucear en el interior y las bodegas del Thistlegorm, es probablemente uno de los buceos más espectaculares en la actualidad a nivel mundial. No es una inmersión técnica ni de una gran dificultad, pero debemos tener en cuenta una serie de puntos antes de empezar la inmersión:

  • Debemos comprobar la dirección e intensidad de la corriente. Cuando estemos en el interior del barco no será un factor a tener en cuenta, pero para acceder al pecio, dependiendo de donde se encuentre nuestro cabo podría ser costoso llegar a la entrada con el consiguiente consumo de aire.

  • Es importante llevar un foco de buceo, en muchas partes del interior estamos a oscuras. Siempre que entramos en un pecio, es muy recomendable llevar también un foco de respeto por sí el foco principal sufre una avería.

  • Las parejas de buceo deben permanecer siempre juntos, con especial atención cuando estamos en el interior del pecio. En caso de cualquier problema, tu pareja será la persona que más cerca y te podrá apoyar antes que nadie.

  • En todos los puntos del recorrido es visible una salida, no existen muchos puntos angostos o con dificultad para pasar, pero sí hay zonas en donde nos podemos perder por varios factores. En el caso de que hayas perdido al guía o tu grupo, debemos salir del interior y buscar el cabo más cercano que salga a la superficie.

Como hemos comentado anteriormente, el interior del pecio se puede explorar de diferentes maneras, siempre debemos asistir al brefing explicativo y seguir las indicaciones de nuestros guías. A lo largo de la inmersión visitaremos las bodegas del nivel inferior y superior, la cabina del capitán, la cocina y el tambucho de proa.

Al igual que la inmersión anterior, bajaremos por el cabo de fondeo y nos dirigiremos lo antes posible a la zona de explosión. Localizaremos la entrada a la bodega número 3 y bajaremos hasta la cubierta inferior, para de esta forma hacer la zona más profunda primero.

Al descender por el hueco de carga de la Bodega número 3, nos encontraremos con una gran estancia, todo el suelo está cubierto de carbón y si nos dirigimos hacia estribor, en la pared veremos una apertura que nos da acceso al pasillo de estribor.

Al acceder al pasillo, lo primero que nos vamos a dar cuenta, que es un espacio amplio, con bastante espacio entre el techo y la carga, casi de inmediato empezamos a ver las primeras motocicletas, camiones y botas que todavía se pueden ver a lo largo de este pasillo. A la izquierda, cerca de la entrada, podemos ver una pequeña montaña de rifles.

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Botas. Foto by Denis Zorzin ( Dive Magazine )

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Botas. Camión de la segunda bodega. Foto by Fernando Martínez

Seguimos avanzando por el pasillo de estribor con dirección a proa. A nuestra mano derecha empezaremos a ver remolques con motocicletas. Si miramos hacia la izquierda, vemos un gran hueco sin techo, es el espacio de carga de la bodega número 2, en el suelo podemos ver, alas de avión, rifles, munición y tapaderas de motores de avión entre otras cosas. Todo este material se desplazó durante la explosión y el hundimiento, por eso yace de forma desordenada y como un amasijo.

A continuación veremos cobertores de motores de avión y cruzaremos hacia el pasillo de babor entre una montaña de rifles y repuestos de camión. Tomaremos dirección hacia popa, todavía estamos en la cubierta inferior, así que sin perder más tiempo comenzamos a avanzar por el pasillo de babor, que prácticamente en toda su totalidad podremos ver remolques vacíos y cargados con motocicletas.

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Remolque con Motocicletas. Foto by Fernando Martínez

No solo nos sorprenderá la carga bélica que transportaba, también la vida destaca dentro de la bodega inferior, bancos de catalufas, peces cristales y hachas son visibles casi todo el recorrido. También podemos encontrar nudibranquios, gambas y pequeños bancos de salmonetes.

Cuando lleguemos al final del pasillo, nos encontraremos en la primera estancia que vimos al entrar en el barco. Ascenderemos aproximadamente 5 m y desde aquí ya divisaremos los pasillos de la cubierta superior, pero antes aprovecharemos para echar un vistazo a la cocina, que posteriormente cruzaremos.

Nos dirigimos al pasillo de estribor, pudiendo comprobar que el espacio de esta bodega es más pequeño que la bodega inferior, por lo que tendremos que mantener una buena flotabilidad y estar atentos a la cabeza y al tanque de buceo para no golpearnos contra el techo.

De frente según entramos en el pasillo de estribor encontramos uno de los camiones más grandes, el Ford WOT 3 con su remolque completamente vacío, uno de los camiones más fotografiados por los aficionados gracias a su luz entra desde la cubierta superior.

Dejamos atrás el camión y el pasillo comienza a estrecharse, debajo de nosotros podemos ver los Jeeps Morris que el barco transportaba, no hay muchos, solo 5 en todo el pecio. Todavía son visibles los faros característicos y la rejilla del radiador que hacen inconfundibles a estos automóviles.

Seguimos avanzando hasta que veamos un gran tragaluz, es el hueco de carga de la bodega número 2. Justo de frente a nosotros podremos ver el gran cargamento de motos y camiones que le han dado la fama al Thistlegorm. Entre los dos pasillos se pueden ver 8 grandes camiones de diferentes marcas y tamaños, muchos de ellos con motos en su remolque. Es una visión que sorprende a todos los buceadores, estar rodeados de motos, camiones, jeeps y armamento de la II Guerra Mundial.

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Camiones del Thistlegorm. Foto by: Andrey Nekrasov

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Motocicleta del Thistlegorm 1940. Foto by Luis García-Velarde

Para finalizar nuestra inmersión por el interior del pecio, saldremos por la compuerta de carga de la bodega #2 y visitaremos la cabina del capitán. Son el paso del tiempo han ido despareciendo bastante elementos que había en la cabina, actualmente todavía se puede observar la bañera y algunos radiadores, ya que el Thistlegorm tenía un sistema de calefacción.  Una vez hayamos visitado la cabina del capitán, sí el tiempo de inmersión nos lo permite, visitaremos el tambucho de proa, donde se pueden apreciar los rollos de cobre que el barco transportaba para el mantenimiento de las redes ferroviarias.

Será entonces donde comenzaremos a ascender a la superficie por el cabo de nuestro barco. En resumen, el Thistlegorm es historia viva de la II Guerra Mundial, un autentico museo submarino y visita obligada para los buceadores que visitan el Mar Rojo por primera vez.

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